
Nuestra Historia
En nuestras tierras estamos produciendo el mejor cacao del mundo, el cacao Arriba Victoria. Nuestro producto posee un aroma floral frutal y fuerte sabor a chocolate, con el cual estamos trayendo de vuelta al fruto de los dioses, y volviendo a sabores ancestrales que en Ecuador se habían perdido.
En nuestras tierras estamos produciendo el mejor cacao del mundo, el cacao Arriba Victoria. Nuestro producto posee un aroma floral frutal y fuerte sabor a chocolate, con el cual estamos trayendo de vuelta al fruto de los dioses, y volviendo a sabores ancestrales que en Ecuador se habían perdido.
Hace cientos de años lo que ahora es conocido como vía a la costa existía un bosque tropical, donde la tierra fue hecha para cultivar cacao debido a la convergencia de un clima cálido, húmedo y seco con los fríos vientos y la corriente de Humboldt. Esta vegetación que otrora fue víctima de la deforestación, hoy se reivindica gracias a los canales de riego complementarios de la presa Daule-Peripa, evocando a los inicios precolombinos de la agricultura en la zona.
En esta área las sabanas alternan con suaves colinas cuya altura no superan los 350 metros sobre el nivel del mar, donde existen remanentes de bosque seco y donde han predominado por centurias árboles maderables como el Guayacán, Laurel, Guachapelí, Guasango, Algarrobos, Palosantos, Guabos, Ciruelos y Ceibos, un árbol considerado sagrado para muchos pueblos precolombinos. Este ecosistema fue el sitio ideal para que la cultura Las Vegas tuviera una agricultura incipiente. La gente Vegas, figura entre los agricultores más tempranos de las Américas entre los 9.000 y 10.000 años aC. Posteriormente, la actividad agrícola fue desarrollada gracias a la cultura Valdivia, entre los 4.000 los 1.800 aC. La cultura Valdivia es muy conocida por ser una de las primeras sociedades americanas que masificó el uso de la cerámica y elaboró figurillas denominas Venus de Valdivia como símbolo de fertilidad.
En este contexto sagrado, fértil y ancestral, la Hacienda Victoria produce desde el 2012 una cosecha sustentable y socialmente responsable, cuyo proceso comienza en los viveros y termina en el secado del grano después de una fermentación cuidadosa. Carlos Eduardo García Fuentes, exitoso empresario dedicado al comercio, fue animado a dirigir su mirada hacia el cacao por Francisco Aray Roca. En noviembre del año 2009, realizó la primera compra de una primera propiedad de 497.62 hectáreas, a la que denominó con el nombre de su esposa Victoria. Carlos García, hombre de grandes retos y metas, ignoró las negativas a su incursión en el sector cacaotero y en el año 2010 trazó un plan de acción en el que involucró algunos de los mejores profesionales de las ciencias agrícolas y técnicos jóvenes para realizar el estudio de suelos, la conductividad eléctrica, disponibilidad y conveniencia de nutrientes, entre otros aspectos técnicos. Entre tanto, establecía convenios con Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (INIAP) a fin de garantizarse la entrega de semillas certificadas con las que iniciaría la moderna plantación y crearía sus propios viveros.
Los ingenieros agrónomos, alineándose con los procedimientos ancestrales, procuraron la sombra adecuada y sembraron plátano entre las hileras del cacao que crecerían en 460 hectáreas. Poco tiempo después, contra todo pronóstico negativo, el Cacao Nacional Arriba superó las expectativas de producción en tiempo récord en comparación con otras zonas del país. Para el 2016, se estableció que el potencial de los árboles de la Hacienda Victoria está por encima de las 2 toneladas por hectárea (más de 40 quintales), aspecto que ha causado el interés de muchos agricultores en Ecuador y lo que ha generado el renacimiento del Cacao Arriba Fino de Aroma en el país.
Hace cientos de años lo que ahora es conocido como vía a la costa existía un bosque tropical, donde la tierra fue hecha para cultivar cacao debido a la convergencia de un clima cálido, húmedo y seco con los fríos vientos y la corriente de Humboldt. Esta vegetación que otrora fue víctima de la deforestación, hoy se reivindica gracias a los canales de riego complementarios de la presa Daule-Peripa, evocando a los inicios precolombinos de la agricultura en la zona.
En esta área las sabanas alternan con suaves colinas cuya altura no superan los 350 metros sobre el nivel del mar, donde existen remanentes de bosque seco y donde han predominado por centurias árboles maderables como el Guayacán, Laurel, Guachapelí, Guasango, Algarrobos, Palosantos, Guabos, Ciruelos y Ceibos, un árbol considerado sagrado para muchos pueblos precolombinos. Este ecosistema fue el sitio ideal para que la cultura Las Vegas tuviera una agricultura incipiente. La gente Vegas, figura entre los agricultores más tempranos de las Américas entre los 9.000 y 10.000 años aC. Posteriormente, la actividad agrícola fue desarrollada gracias a la cultura Valdivia, entre los 4.000 los 1.800 aC. La cultura Valdivia es muy conocida por ser una de las primeras sociedades americanas que masificó el uso de la cerámica y elaboró figurillas denominas Venus de Valdivia como símbolo de fertilidad.
En este contexto sagrado, fértil y ancestral, la Hacienda Victoria produce desde el 2012 una cosecha sustentable y socialmente responsable, cuyo proceso comienza en los viveros y termina en el secado del grano después de una fermentación cuidadosa. Carlos Eduardo García Fuentes, exitoso empresario dedicado al comercio, fue animado a dirigir su mirada hacia el cacao por Francisco Aray Roca. En noviembre del año 2009, realizó la primera compra de una primera propiedad de 497.62 hectáreas, a la que denominó con el nombre de su esposa Victoria. Carlos García, hombre de grandes retos y metas, ignoró las negativas a su incursión en el sector cacaotero y en el año 2010 trazó un plan de acción en el que involucró algunos de los mejores profesionales de las ciencias agrícolas y técnicos jóvenes para realizar el estudio de suelos, la conductividad eléctrica, disponibilidad y conveniencia de nutrientes, entre otros aspectos técnicos. Entre tanto, establecía convenios con Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (INIAP) a fin de garantizarse la entrega de semillas certificadas con las que iniciaría la moderna plantación y crearía sus propios viveros.
Los ingenieros agrónomos, alineándose con los procedimientos ancestrales, procuraron la sombra adecuada y sembraron plátano entre las hileras del cacao que crecerían en 460 hectáreas. Poco tiempo después, contra todo pronóstico negativo, el Cacao Nacional Arriba superó las expectativas de producción en tiempo récord en comparación con otras zonas del país. Para el 2016, se estableció que el potencial de los árboles de la Hacienda Victoria está por encima de las 2 toneladas por hectárea (más de 40 quintales), aspecto que ha causado el interés de muchos agricultores en Ecuador y lo que ha generado el renacimiento del Cacao Arriba Fino de Aroma en el país.
Misión
Mantener una conciencia ambiental y responsabilidad social en todas las prácticas agrícolas y empresariales con la finalidad de producir la mejor calidad de Cacao Fino de Aroma con una trazabilidad certificada que permita conseguir precios justos para el productor.
Visión
Ser un referente para la agricultura de calidad sostenible con denominación de origen para el sector cacaotero de América y el mundo, creando nuevos perfiles de aroma y manteniendo la trazabilidad desde la siembra hasta la entrega del producto.

Valores Institucionales
Hemos juntado a las personas en la búsqueda de una vida con mejor propósito, al tiempo que nos tratamos con respeto, igualdad y empatía.
Esto sin duda, acarreará una transformación no solo económica, sino sobre todo mental y social. Todos en la Hacienda Victoria estamos juntos para producir el mejor Cacao Fino de Aroma del mundo.
Esto sin duda, acarreará una transformación no solo económica, sino sobre todo mental y social. Todos en la Hacienda Victoria estamos juntos para producir el mejor Cacao Fino de Aroma del mundo.
